La confirmación de Lima como sede de los Panamericanos 2027 es un reto para todos como nación.
Por Paola Celi. 26 marzo, 2024. Publicado en Diario El Peruano 23 de marzo del 2024Hace unas semanas, mientras viajábamos juntos, uno de mis sobrinos, que está descubriendo las maravillas del fútbol, me preguntó: “Tía, ¿para ti quién es mejor? ¿Cristiano o Messi?” Yo, tratando de que no caiga en ese eterno debate, le dije que los dos eran unos futbolistas talentosos, por encima del nivel de otros jugadores, y que no era necesario elegir a uno. (Probablemente, una respuesta aburrida). Pero él no se quedó atrás y dijo: “Es Messi porque él ha sido campeón mundial”.
Tal vez no sepa cómo defenderme en debates de este tipo, pero sí puedo destacar un aspecto en el que, claramente, ambos astros del balompié han ganado: pocas veces han sido opacados por escándalos de su vida privada. Y, por si fuera poco, siempre muestran al mundo una imagen familiar estable.
Esto es lo que sabemos de su esfera privada: Cristiano Ronaldo y la modelo y empresaria Georgina Rodríguez se conocen desde el 2015. Su familia está conformada, además, por cinco niños: Cristiano Jr., Eva, Mateo, Alana y Bella. Por su parte, Lionel Messi anunció su noviazgo con Antonela Roccuzzo en el 2009, pero se sabe que se conocen desde niños. Se casaron en el 2017 y actualmente tienen tres hijos: Thiago, Mateo y Ciro.
De esa forma, ambos jugadores reflejan un éxito personal y profesional y, sobre todo, en palabras coloquiales: ‘no son la comidilla de la prensa de espectáculos’. Lamentablemente, sucede lo contrario con varios jugadores peruanos.
Es necesario aclarar, para que no me “funen”, como dicen mis alumnos, que no estoy criticando la vida privada de nuestros jugadores (que por algo se le llama así, privada). Pero sí siento pena de que las noticias sobre infidelidades, juergas, idas y venidas con modelos, cantantes y chicas reality releguen sus éxitos deportivos a un segundo plano.
Solo por poner un ejemplo. Cuando escribo “Cristiano Ronaldo” en el buscador de Google, los titulares de las noticias recientes giran en torno a la eliminación de su equipo Al Nassr de la Champions League de Asia. Sin embargo, si escribo “Christian Cueva”, los titulares son Rodrigo González a Christian Cueva: “¿Por qué no te callas un año? Dios no tiene Instagram”; Las opiniones de Magaly Medina sobre Cueva y Pamela; y más de ese estilo. Y estamos de acuerdo, estimado lector, en que Cueva es mucho más que melodramas faranduleros.
En estos casos, el fin de lo privado y de lo íntimo se debe, en parte, al descuido de los jugadores, ya que, a veces, ellos mismos ventilan sus temas familiares. También es consecuencia de la insistencia de la prensa de espectáculos por hacer del ámbito deportivo un cultivo de chismes y de primicias. Pero, ¿saben qué perjudica aún más? El morbo (‘interés moralmente dañoso’) del público. ¿Por qué nos interesa tanto si un jugador cometió una infidelidad o si se peleó con su esposa?
A pesar de que todos estamos sobreexpuestos en las redes sociales y de que, como afirma Remedios Zafra, “la externalización de la intimidad es un motor rentabilizado por el poder económico”; debemos interesarnos más por las metas y logros de nuestros deportistas, por ejemplo, si han batido algún récord o han clasificado a una competencia internacional, si han firmado por algún equipo de alto nivel o si piensan convertirse en entrenadores de las nuevas generaciones.
Quizá ni los deportistas se dan cuenta del alcance de su trayectoria y de que tienen los ojos de los niños del Perú puestos en ellos. Ese talento que Dios les ha regalado, y que con esfuerzo han desarrollado, es la inspiración para Juan que patea un balón de trapo, para Diana que juega descalza básquet o para Luis que entrena en las tardes después de estudiar. Nosotros podemos ayudar a que sigan inspirando el amor por el deporte si dejamos de lado el interés irracional por la intimidad de los otros y recordamos siempre que las acciones de una persona pública no anulan su derecho a mantener su vida en privado.
Ya nos confirmaron que Lima será la sede de los Juegos Panamericanos 2027. Es una excelente noticia; pero, al mismo tiempo, es un reto para todos, como nación. Empecemos ya a conocer a nuestros deportistas y a destacar todo lo bueno de ellos; pues los errores o los aciertos de su vida privada no nos competen.
Que Kimberly García, Cristhian Pacheco, Lucca Mesinas, Caterina Romero, Alexandra Grande, Hugo Ruiz, entre otros, sepan que esperamos con ilusión su mayor esfuerzo y su calidad profesional y que aplaudiremos con gratitud sus medallas (¡que superen las 32 del 2023!) porque, de esa forma, nos recuerdan la grandeza de nuestro país.